Acoustics II, una bella secuela que va complementando, aglutinando de una forma amaderada la buena voz de ellos, los Minus the Bear desde el frío Seattle, que después de un disco intenso como Infinity Overhead te da una calma realmente escuchable…
Me gusta escribir (cosa que no sé hacer bien) mucho sobre el desierto, el paisaje más bello que tengo a la mano, pero a la mano de mis pensamientos está la playa; y es que a eso precisamente me remite Acoustics II. Texturizado, bien compuesto, como me gusta una fotografía, de lo plástico a lo sonoro hay sólo un paso y a veces ni siquiera tienes qué darlo, hay qué sentirlo. Al escucharlo por primera vez me sentí en California siendo un niño de secu y eso que nunca pasó, será que la humedad y el calor regresa cada que me siento atemporal, no importa, se disfruta.
Un puñado de buenos y sencillos arreglos bastan, te llena bien.
A veces no hace falta ser estrafalario para producir excelentes rolas, pensadas con el corazón, salidas con el alma.
bram orozco 